MONTE PERDIDO

“Encuentro de Contacto”

20 y 21 de septiembre de 2014

EN NUESTRO ANTERIOR ENCUENTRO EN MONTE PERDIDO (HUESCA - ESPAÑA) DEL MES DE JUNIO, DURANTE EL SOLSTICIO DE VERANO, SE HABÍA RECIBIDO UNA COMUNICACIÓN PARA UNA NUEVA CITA, UN NUEVO ENCUENTRO EN MONTE PERDIDO, PERO EN ESTA OCASIÓN SERÍA PARA SÓLO SIETE PERSONAS, UNA ESPECIE DE CITA PERSONAL.

Resultados del Encuentro de Contacto celebrado en Monte Perdido (Huesca - España) - Septiembre 2014

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“Los preparativos del encuentro”

“Un grupo no mayor a siete tendrá en el futuro un encuentro cercano en Monte Perdido. Será una experiencia de proyección, como un paso inicial. Una cueva, y una señal en el cielo, les recibirá cuando estén listos.”

Mensaje recibido por Ricardo González el 21/06/2014 en Monte Perdido.

El domingo 22 de junio, apunto de marcharnos de vuelta a casa tras el encuentro del fin de semana, llegó a mí una idea, una inquietud...
Sentí el impulso de preguntarle a un chico que rondaba por el camping, sobre las cuevas que pudieran existir en el Valle de Pineta. Fue un impulso extraño en mí, pues surgió de repente y, sin sopesar las consecuencias de mis actos, me dirigí raudo a hablar con esta persona.
Me contó que a lo largo del fin de semana había tenido varias veces el impulso de venir a hablarnos sobre lo que estábamos haciendo esos días allí reunidos, que el tema de los OVNIs de algún modo le interesaba. Me contó que había varias cuevas en el valle y que si quería nos podía indicar donde estaban. Pero esto no quedó ahí...
Emocionado y con la piel erizada, me contaba una experiencia que de joven había tenido en el valle. Vio una gran luz cruzar de lado a lado el valle, que tan impresionado quedó por aquella experiencia que llegó incluso a llamar a Madrid, al Centro de Meteorología, para que le explicaran que era aquello que había visto. Evidentemente no obtuvo respuesta por parte de las autoridades.
Desde entonces recordaba aquello como si recién lo hubiera vivido, sin hallar aún una respuesta aclaratoria para lo sucedido.
Nuestros ojos brillaban al conversar sobre lo sucedido. Él reviviendo la experiencia. Yo dándome cuenta de que aquella conversación no era casual, que ese impulso que tuve de conversar con esta persona llegó desde otros planos y además... había “cueva” y “una señal en el cielo”. Impresionante.
Recuerdo que durante todo el viaje de vuelta a La Casa del Sol no hablamos de otra cosa, de aquella conversación que mantuve en el camping, de la emoción, y la confirmación del mensaje-cita que se había recibido el día anterior. Esto era un regalo del cielo.
Una semana después del encuentro y en meditación recibimos un nuevo mensaje referente a Monte Perdido:

“Amado hermano.
Soy el Regente de la Ciudad Intraterrena de Monte Perdido. Mi nombre es Azuel. Sepa que durante mucho tiempo hemos estado esperando el encuentro con ustedes en estas tierras sagradas. Ahora, cumplido el compromiso de volver, comenzamos a tomar consciencia de sus seres y activamos en todos y cada uno de los llegados del corazón aquellos códigos que durante tanto tiempo permanecieron dormidos.
Ahora comenzarán a comprender por qué éste es su tiempo, por qué siempre sintieron ese apego a este lugar, a nuestro mundo y a las estrellas.
Pronto volveremos a encontrarnos, no antes del 21 de septiembre, fecha en la que serán activadas nuevas herramientas tras su encuentro en el interior de Monte Perdido.”


Ya teníamos confirmada la primera parte del mensaje de Ricardo, la cueva y la señal en el cielo. Ahora habíamos recibido una fecha para esa cita en Monte Perdido.
Nos pusimos en contacto con Ricardo González para ponerlo al corriente de lo sucedido. Este por su parte nos confirmó la fecha, 21 de septiembre, misma fecha que él había recibido para este nuevo encuentro, pero que por prudencia prefirió guardarse para poder contrastar, de este modo, tanto su información, como la que pudiéramos recibir de nuestra parte con respecto de la cita.
El primer comunicado hablaba de un máximo de siete personas para ese encuentro, pero nosotros en La Casa del Sol sólo éramos tres, así que había que hacer partícipes a otras personas involucradas en el proceso de despertar consciencia. Por la proximidad a Monte Perdido y por sus compromisos con el proceso que estamos viviendo, se decidió compartir esta experiencia con otras personas de Barcelona y Zaragoza.
A los días volvimos a Monte Perdido para hablar de nuevo con la persona que conocía la ubicación de las cuevas del valle. Tocaba ahora caminar para reconocer el lugar donde posteriormente tendríamos la experiencia. Así fue como encontramos el lugar, como sentimos que aquella cueva sería el punto de reunión con los Maestros Intraterrenos de la Hermandad Blanca de Monte Perdido.
Ya teníamos aclarada la fecha y el lugar del encuentro. Ahora debíamos reunirnos para planificar el trabajo que esos días de septiembre deberíamos realizar en Monte Perdido.
El 16 de agosto nos reuníamos en Barcelona con Giovanna Rodríguez y parte de su grupo para hablar del encuentro y en meditación se recibían los siguientes mensajes:

“Simplemente sean sencillos. Vienen a recoger, no a entregar. Únanse a Mont Shasta. Aprovechen para seguir trabajando por la paz. No estarán más de 60 minutos en la cueva. Será suficiente para que les entreguemos la posta.”

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“La manifestación en sus corazones es amplia. Sigan trabajando para y por la humanidad. En Monte Perdido harán trabajos para la paz y el buen desarrollo de ésta. Sigan ampliando sus mentes pues todos tienen unas capacidades desarrolladas importantes. El plan debe ajustarse a lo ya acordado. Amplíen sus mentes y saquen esa luz que todos tienen pues todos ustedes son importantes para el plan. Manténganse unidos.”

Unos días después nos reuníamos en Zaragoza con las personas que iban a participar de este encuentro, Camino Buyó y Lola Conde, a quienes poníamos en antecedente de todo lo sucedido hasta ese momento.
Con los días se fueron confirmando las siete personas que íbamos a entrar a la cueva, tal y como se nos pedía en las comunicaciones, pero el grupo se hacía más grande, siempre con personas de Barcelona, Zaragoza y Huesca, así que se decidió que el resto del equipo formaría un grupo de apoyo energético a la distancia.
Ya sólo quedaba prepararnos para vivir la experiencia el 21 de septiembre de 2014 de nuevo en Monte Perdido.

“Un planeta llamado Paz”

Fuimos llegando todo el grupo al punto de reunión en el Camping Pineta, a la hora acordada y tras los saludos, compartimos mesa bajo el cielo iluminado del Valle de Pineta.
Había llegado el fin de semana que desde hacía tiempo todos esperábamos con alegría. Reunidos alrededor de una larga mesa compartimos las últimas novedades y emociones de este encuentro. Ya a las 17 horas comenzamos con los trabajos de armonización, relajación y meditación para de este modo acoplar nuestras energías al grupo y así formar una sola unidad experimental, una unidad en el amor.
Había vacas por los campos colindantes que hacían sonar sus cencerros al agacharse a comer del pasto.
En una de la meditaciones sentí como los cencerros parecían sonar de forma diferente, parecía que sonaban ya no de una forma aleatoria, sino mas bien armónica, como produciendo una especie de música que me recordaba a un concierto de cuencos. Me giré intentando ver que estaba ocurriendo cuando “vi” a unos seres de baja estatura, de piel pálida y sin vestiduras aparentes, haciendo sonar los cencerros de las vacas, como jugando con ellos y a la vez creando una bella armonía sonora. Eran los guardianes de mundo intraterreno de Monte Perdido. Algunos los conocen como “Sunkies”.
La noche se nos iba echando encima así que nos retiramos a descansar para estar lo más frescos al día siguiente, el día de la cita con los Maestros Intraterrenos de la Hermandad Blanca de Monte Perdido, el momento que todos esperábamos.
A primera hora de la mañana del día 21, nos desplazábamos de nuevo al punto de reunión en el valle, para continuar con los trabajos encargados por los guías extraterrestres. Allí todos juntos, tras un trabajo de siembra de cristales por todo el mundo, decretamos desde aquel instante tener un planeta en paz, y fue así como surgió... “un planeta llamado Paz”.
Aún ahora sigo sintiendo una emoción interior intensa al recordar ese momento y esa frase que desde aquel instante forma parte ya de mi mundo, de mi ser, de mi camino.
Tras una nueva meditación recibimos lo siguiente:

“Antes de venir se encendió una luz, antes de marchar brillará un sol. Sigan trabajando unidos en el amor. Nos emocionamos al ver el compromiso que con ustedes, con el mundo y con el plan han alcanzado. Una meta es un fin. El trabajo no termina aquí. Sigan en la unidad irradiando Paz y Amor al mundo, a su nuevo mundo llamado PAZ.
Con AMOR, Antarel.”

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“Amados todos, siéntanse uno con el todo. Manténganse unidos así de esta forma encontrarán aquello que buscan, la Paz. La luz en sus corazones es amplia. Transfórmenla en Luz Dorada. Estos días estaremos con ustedes en todo momento, en cuerpo, mente y corazón. Hónrense y honren a todos los humanos. En ellos se encontrarán a ustedes mismos.”

A mediodía nos retiramos a descansar y a meditar sobre lo que nos esperaba, la cita de la cueva que tendríamos al anochecer. Partimos del camping por la tarde hacia el lugar donde se hallaba la cueva y allí, nos organizamos tal y como habíamos acordado en las reuniones anteriores.
A la entrada de la cueva, mientras formábamos un mantra con las terminaciones de nuestros nombres cósmicos hubo dos aproximaciones de las naves de los guías extraterrestres sobre nuestra ubicación. Ya estaban acompañándonos en la experiencia.
Entramos en la cueva y nos acomodamos. Mientras, el grupo de apoyo comenzaba sus trabajos de irradiación a la distancia. Estuvimos mantralizando el mantra de los nombres cósmicos entre otros. La cueva estaba completamente a oscuras y sólo sentíamos nuestras voces en la profundidad de la misma.
Llevábamos ya unos 60 minutos en la cueva meditando cuando sentí el impulso de ver la hora. El tiempo había concluido y debíamos retirarnos de la cueva tal y como se nos había indicado.
Nadie quería levantarse de su silla. El sentir de los siete que estábamos allí reunidos en el interior de la montaña era de paz, tranquilidad, armonía... y comentamos allí mismo la experiencia.
Fue una iniciación lo que vivimos más que un encuentro de contacto. Una iniciación en el interior de la cueva por parte de los Maestros Intraterrenos donde nos enfrentamos de algún modo a nuestros miedos, a la oscuridad y a la soledad. Una experiencia única de cada uno de los siete que compartimos este viaje al mundo interior de Monte Perdido.
Personalmente fue una extraña sensación la que viví en aquel lugar. Nunca antes había vivido una experiencia de este modo, incluso aún sigue siendo... extraña es la mejor palabra para describirlo.
Lo primero que sentí fue como los guardianes del mundo intraterreno cerraban la cueva energéticamente, como disponiendo una puerta en la cueva. Sentí que de este modo quedábamos aislados del mundo de superficie.
Entre mantra y mantra, en meditación y con los ojos abiertos, pude contemplar una especie de luces, que a modo de portal, me permitía ver partes del mundo interior de Monte Perdido, de su relación con el mundo antiguo de la Atlántida, e incluso llegué a entrever el rostro de quien sentí debe ser el regente de la ciudad intraterrena de Monte Perdido, con quien con anterioridad había comunicado.
Continuamente los guardianes estuvieron con nosotros hasta finalizar la experiencia. Iban y venían a nuestro alrededor como organizando, dirigiendo nuestra experiencia y nuestra energía física, astral y mental.
Antes de salir de la cueva recibimos un nuevo mensaje:

“Volverán a reunirse de nuevo los siete. Otro grupo de siete personas se unirán a la experiencia.”

Esto hay que confirmarlo aún, además de conocer una fecha contrastada para ese nuevo encuentro. Así que os mantendremos informados.
Un abrazo de corazón.

Diego Cintas y Rosa Gonzalez

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