LA CASA DEL SOL - RASAL MÁGICO

De nuevo nos reuníamos en el Valle de Pineta, a los pies de Monte Perdido. Un nuevo Encuentro de Meditación y Contacto nos había traído hasta este mágico lugar a trabajar nuestro mundo interior y a conectarnos con los seres de las estrellas y los maestros intraterrenos de la Hermandad Blanca que habitan este lugar.
Cada cual sintió el llamado en su corazón y juntos participamos de nuevo de esta extraordinaria experiencia. El grupo, conformado por personas de diferentes lugares de España, se fue acomodando al lugar así fue llegando a la cita.
El viernes fue un día de transito. La lluvia estuvo presente casi todo el día y, la reunión y las charlas, las realizamos a cubierto en una sala habilitada para ello. A la noche, tras la cena, nos reunimos de nuevo, esta vez al aire libre pues la lluvia había cesado y algunos claros de alternaban con las nubes sobre nosotros.
Allí estuvimos meditando y mantralizando mientras observábamos el cielo. Tras ello nos retiramos a descansar. El sábado traía novedades y recomendaciones importantes para todos.
Hacía años que habíamos realizado alguna prácticas de proyección en el tiempo y sentíamos que debíamos compartirlas y juntos practicarlas de nuevo. Todo lo aprendido a lo largo de años sobre este tipo de proyecciones, llegaba el momento de materializarlo. Nada ocurre por casualidad.
El sábado amanecía Monte Perdido con un cielo nítido, azul como nunca. La luz se expandía por todo el valle y parecía que el lugar nos estaba esperando.
En nuestros coches nos dirigimos a la zona de estacionamiento a los pies de Monte Perdido y, desde allí, andando a la explanada que tomaríamos como centro de nuestras operaciones.
Formado el grupo en círculo, como es habitual en las reuniones, expliqué al grupo de contacto cual iba a ser la línea de trabajo a lo largo del fin de semana. Como ya comenté anteriormente íbamos a trabajar principalmente la proyección en el tiempo para de este modo actuar de un modo consciente sobre nuestro futuro.
Al poco de sentarnos en círculo tuvimos la inquietud de que era un buen momento para realizar algunas fotografías, tanto del grupo como del valle. Fue así como pudimos captar en nuestra cámara fotográfica varias instantáneas de objetos que circundaban los alrededores de la explanada donde nos encontrábamos (ver fotografías en el lateral).
Al poco tiempo de llegar al lugar de trabajo y en el transcurso de una de nuestras mantralizaciones llegó un mensaje:

“Bienvenidos sean hermanos
Todos juntos abrieron el portal de conexión a la realidad en que nos manifestamos. Su mundo y el nuestro vuelven a reunirse a las puestas de este santuario.
Comprendan que están aquí para recordar. Alimentarse sólo de conocimiento deforma sus mentes y sus cuerpos.
Permítanse unir sus energías con este espacio. Pronto, esta noche, volveremos a reunirnos con ustedes, en el vórtice de energía que están generando.
Un grupo muy completo se ha reunido este fin de semana a las puertas de la ciudad. Sean siempre bienvenidos y amados.
Suyo siempre, Azuel.”

(Mensaje de Diego Cintas)

Mañana y tarde estuvimos trabajando estos aspectos desde diferentes perspectivas, pero siempre con un mismo objetivo, la paz de la humanidad. Luego, por la noche, volvimos al lugar de reunión a realizar la práctica de contacto.
A lo largo del día había recibido contacto de los seres de las estrellas, sobre su intención de hacer entrega al grupo completo de un obsequio que ayudaría, a cada uno de los componentes del grupo, en las tareas de creación de nuevas posibilidades de futuro. Se trataba de la energía de Chintamani. De nuevo se volvía a hacer entrega de esta energía en un encuentro, tal y como ocurrió en nuestra visita a Bugarach (Francia).
Dispuestos en círculo mientras mantralizábamos y con las palmas de las manos en posición de recepción, fue llegando esta energía a cada uno de los participantes. Al ir condensándose Chintamani en las manos, éstas tornaban de una luminosidad fluorescente. En esos instantes fue que ayudando a cada uno de ellos, fueron integrando esta energía en sus corazones.
Como viene ocurriendo en los encuentros, no sólo tuvimos el apoyo de los seres que nos acompañan desde la distancia, sino que de nuevo nos hicieron entrega de una herramienta de trabajo, de algo que nos conecta directamente con la creación de nuestro universo, de nuestra existencia.
Una vez recibida Chintamani por todo el grupo, dando las gracias a los seres de las estrellas, nos dispusimos a realizar la práctica de contacto que había preparada para esa misma noche.
Como ya ocurrió en la anterior reunión en Monte Perdido del pasado año 2016, fuimos llevando al grupo completo, en pequeños grupos de siete personas, al lugar indicado donde dispuestos en círculo abrimos el espacio etérico, permitiendo que aquellos seres fueran acercándose a nosotros según las necesidades de cada cual y con el respeto que ellos siempre nos practican.
Como siempre, cada uno de los componentes del grupo de contacto vivió su propia experiencia. Los seres de las estrellas y los guardianes de Monte Perdido hicieron acto de presencia. Hubo quien sintió las típicas pisadas y presencias cercanas e incluso quien sintió como le tocaban. Mientras esto sucedía me dedicaba a disfrutar de tal encuentro, a ver como pequeños objetos lumínicos atravesaban la maleza y el bosque que nos rodeaba. De nuevo estuvieron con nosotros.
Se prepara el contacto en Monte Perdido. Cuando el grupo esté alineado consigo mismo, surgirán las personas que fueron llamadas y respondieron “Sí ”.
Tras el paso de todos los componentes del grupo de contacto nos retiramos a descansar y meditar sobre lo sucedido aquella noche. El domingo estaba a punto de llegar.
Un día más en Monte Perdido dedicado a trabajar nuestro interior y a expandir nuestra consciencia por la paz de la humanidad. Seguimos la mañana del domingo con el propósito, trabajando y comentando lo sucedido la noche anterior.
Personalmente siento que se ha dado un paso más hacia nuestro destino, un destino elegido con consciencia, un cambio de paradigma por el bien de todos, de la unidad, la paz y el amor. Quizás este cambio que entre todos estamos creando no sea perceptible aún pero de lo que no cabe duda es de que seguimos caminando unidos. Ellos nos esperan así.
Seguimos en contacto.
Un abrazo de corazón.

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